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Se habla mucho de la realidad virtual como la panacea en campos como el ocio, la medicina o la industria. Pero la realidad aumentada es en muchos casos más útil y más cotidiana, si se prefiere, que la virtual. Es más fácil de implementar y se añade de un modo elegante y natural sobre la ‘realidad absoluta’ que percibimos a través de nuestros sentidos.

Precisamente porque es una forma de realidad menos invasiva, puede que ya la estemos usando o disfrutando de sus ventajas y beneficios sin que nos hayamos percatado de ello de manera consciente. En muchas redes sociales, ya se emplea de un modo eminentemente lúdico, aunque también con un carácter informativo nada desdeñable.

Posiblemente el ‘experimento’ más notable sobre realidad aumentada que se ha llevado a cabo hasta la fecha haya sido el de Pokémon Go. Por encima de Snapchat incluso. Pokémon Go supuso llevar la realidad aumentada a una audiencia enorme que la adoptó como una planta recibe agua en agosto tras días sin regar. Y se hizo de un modo tan natural e intuitivo que muchos de los jugadores de Pokémon Go probablemente no asociasen la realidad aumentada con el juego.

Un toque de atención para los fabricantes

Pokémon Go tuvo su momento y se fue apagando paulatinamente. Con todo, una de las primeras lecturas que se pudieron hacer fue que la tecnología de los dispositivos móviles tiene que mejorar en algunos aspectos para acoger la realidad aumentada de un modo fluido y sin fricciones.

Sin ir más lejos, era habitual ver a los jugadores de Pokémon Go con un powerbank en las manos conectado al smartphone. La realidad aumentada implica usar los componentes gráficos del dispositivo para superponer los elementos gráficos en pantalla sobre la imagen real obtenida a partir de la cámara.

En este sentido, es una buena noticia que Honor haya desarrollado una tecnología como GPU Turbo que aumenta el rendimiento gráfico hasta un 60 por ciento y reduce el consumo hasta un 30 por ciento. En terminales como el Honor 10, esta tecnología permite sacar el máximo partido a la batería del dispositivo al tiempo que nos beneficiamos de un rendimiento gráfico muy elevado.

Además, la autonomía suele ser un aspecto especialmente cuidado en Honor, con terminales como el Honor 10 con 3.400 mAh de capacidad y carga rápida SuperCharge o el Honor View 10 con 3.750 mAh. El Honor Note 10 llega hasta los 5.000 mAh.

Un componente social importante

Actualmente, la realidad aumentada encuentra su lugar en nuestro día a día de manera habitual, con un componente social importante. Aunque, de nuevo, muchas veces desapercibido. Así, sin más que prestar atención a las stories de Instagram, encontramos que muchas de ellas tienen superpuestos datos sobre ubicación, temperatura, la hora o el tiempo meteorológico.

Por supuesto, el uso más extendido de la realidad aumentada lo tenemos en la superposición de efectos sobre lo que vemos en la cámara. Es una tendencia consolidada ya que empezó con aplicaciones como Snapchat para ser heredadas después por Instagram en sus stories o Facebook en sus correspondientes historias.

Hay decenas de posibles efectos posibles para superponer sobre nuestra cara si usamos la cámara frontal o sobre lo que vemos usando la cámara trasera. O las cámaras traseras, cuando tenemos cámaras duales.

La cámara frontal es de especial importancia para los amantes de la realidad aumentada. No es una cámara fácil de implementar por los fabricantes: o bien se usa un sensor con pocos megapíxeles y un tamaño de píxel alto, o bien un sensor con muchos megapíxeles y un tamaño del píxel reducido. Pero Honor ha sabido combinar en terminales como el Honor Play una cámara selfie de 16 Mpx con un tamaño de píxel de nada menos que 2 micras.

La identificación facial es otro de los sabores de la RA. La cámara frontal ‘ve’ nuestra cara y la asocia de manera unívoca con nuestra identidad para que el desbloqueo del terminal suceda de un modo fluido y natural. Terminales como los de la serie 7 de Honor ya lo incluyen como parte de su repertorio de funcionalidades.

Idiomas, mejor con el smartphone

Otra de las aplicaciones que se benefician de esta realidad es la traducción de idiomas. Aplicaciones como Microsoft Translator se aprovecha además de la aceleración de IA que se puede encontrar en procesadores como los Kirin 970. Terminales del fabricante chino como los Honor Play, Honor 10, Honor View 10 o el Honor Note 10 usan ese procesador con aceleración Neural Processing Unit o NPU.

Microsoft Translator y otras herramientas similares brindan la posibilidad de ‘leer’ carteles o documentos a través de la cámara y muestran en tiempo real la traducción con la carta de un restaurante o las indicaciones en un aeropuerto. También permite ‘escuchar’ lo que se dice de forma hablada y convertirlo a otro idioma en tiempo real. Podemos usar estos contenidos traducidos directamente, compartirlos en redes sociales o introducir los términos en un buscador para recabar más información.

Compartir también aumenta la experiencia en movilidad

Cuando usamos redes sociales o apps de mensajería como WhatsApp o Messenger también usamos la realidad aumentada en más ocasiones de las que creemos. Simplemente lo hacemos. Es el caso de los momentos en los que compartimos nuestra ubicación en un mensaje. Estamos usando elementos que nos permiten identificar el lugar donde nos encontramos y hacer que otra persona nos encuentre a partir de esa información.

Si compartimos la ubicación de un lugar que ya conocemos, ni nos damos cuenta, porque estamos alineando una información que ya conocemos con la que ofrece el GPS del terminal. Pero si estamos en un lugar que no conocemos, la percepción de ‘aumento’ de la realidad del momento es más evidente. No necesitamos preguntar a nadie. Tan solo identificamos la ubicación y la superponemos sobre el mapa que estemos usando.

En el caso de que estemos escuchando una canción, es posible recurrir a Shazam para identificarla y compartir esa información con una persona con la que estemos conversando a través de una app de mensajería o de una red social.

Un trabajo de optimización e innovación

La buena noticia es que en Android es muy sencillo compartir datos e información entre aplicaciones. Y las capas de personalización como EMUI de Honor amplifican estas posibilidades a través de tecnologías propias que mejoran el comportamiento de la multitarea a través, por ejemplo, de la optimización del uso de la batería de las aplicaciones en segundo plano.

La realidad aumentada está ya presente en muchas de las aplicaciones y funcionalidades que usamos cotidianamente con un smartphone. Y los fabricantes tienen que trabajar para optimizar este tipo de tecnologías, especialmente exigentes en tanto en cuanto demandan un uso continuado y frecuente de los terminales, al tiempo que utilizan elementos como el procesador gráfico, la cámara o la CPU.

El procesamiento en el propio terminal es una tendencia que fabricantes como Huawei y Honor han adoptado ya en algunos de sus terminales a raíz de la llegada del procesador Kirin 970. Ahorra energía y permite no depender de las comunicaciones móviles y de la nube para beneficiarse de tecnologías como la del traductor de Microsoft. Y la mencionada GPU Turbo posibilita apurar al máximo las posibilidades de componentes tan críticos como la batería.

La realidad aumentada es útil y divertida, aunque precisa de terminales en los que los fabricantes hayan puesto notables dosis de ingeniería e I+D. Honor está en ese camino.

Imagen | Pokemon Go de Niantic