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De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda poner nombres a las diferentes generaciones que conviven en las sociedades en un momento dado. Así, nos encontramos con los baby boomers, nacidos entre mediados de los años 40 del siglo pasado y principios de los 60; la generación X, que abarca desde principios de los 60 hasta principios de los 80; la generación Y o millennials, que contempla los nacidos entre principios de los 80 y el año 2000; y la generación Z, que va desde principios del siglo XXI hasta ahora.

Los millennials son una generación muy numerosa según el Pew Research Center, con 73 millones de ellos solo en Estados Unidos con edades entre los 27 y 37 años, 400 millones en China o 410 millones en India. Además, son el objeto de estudio preferido por consultoras, multinacionales, publicistas, expertos en marketing o sociólogos.

La generación Matrix

En la película ‘Matrix’ hay una escena en la que Neo se encuentra en la sala de entrenamiento virtual conectado a un sistema que permite cargar conocimientos directamente en su cerebro. Pues bien, los millennials son un poco como Neo. Y en realidad es un poco así: la fuente de conocimiento de los millennials es Internet y están conectados a ella permanentemente a través del móvil.

El smartphone es para ellos el instrumento de comunicación interpersonal por excelencia, para estar conectados con su grupo de amigos. Un millennial puede estar viendo vídeos de YouTube sobre una materia o chateando con sus amigos sobre un tema dado y convertirse en un “experto” en esa materia en cuestión de días o de horas. O, al menos, suficientemente experto como para convencernos prácticamente de cualquier cosa.

Según estudios como el de Smartme Analyticslos millennials tienen en Facebook (67%), YouTube (65%) e Instagram (34%) las redes sociales más usadas, así como apps dedicadas a la moda, el eCommerce y las comunicaciones personales, con 115 visitas diarias a este tipo de aplicaciones. Los juegos son otra de las aficiones de este grupo de edad, concentrando su uso en franjas horarias determinadas como las que están en torno a las 3 de la tarde o a partir de las 11 de la noche.

Este tipo de hábitos de uso hace que esta generación busque dispositivos capaces de satisfacer sus necesidades del modo más completo posible, pero sin que ello suponga «gastarse un pastón». En efecto, por una parte, no todos los millennials cuentan con un presupuesto abultado y, por otra, saben cómo encontrar las propuestas de mejor valor.

Son compradores bien informados que van al grano. Cuando un millennial encuentra una elección óptima, la hará saber a sus colegas. En cuestión de horas, pueden haber recorrido decenas de tiendas online y localizar la propuesta adecuada.

Online, es la clave

Fabricantes como Honor han sabido leer a esta generación y han llevado su canal de ventas al mundo online con un repertorio de propuestas no especialmente numerosas, pero bien diferenciadas tanto por precio como por características y diseño para que sea fácil elegir el modelo que encaje con unas determinadas necesidades.

Además, la honestidad es clave: no es fácil engañar a un millennial. Y si algo no encaja o «huele a marketing», hará que el potencial comprador se vaya a otra pestaña del navegador. Además, los terminales tienen que responder a lo que se publicita y ofrecer una experiencia de uso impecable. Si un terminal «no va bien”, la siguiente compra será de otra marca. Y no solo la de un comprador, sino la de decenas o cientos de ellos una vez que esa experiencia se haya compartido a través de las redes sociales o las de mensajería.

Terminales como el Honor 10 cuentan con una tecnología capaz de ofrecer una experiencia premium sin fisuras, por ejemplo. Por 399 € estamos ante un terminal “millennial proof” tanto por procesador como por memoria, almacenamiento, cámara, pantalla o diseño. Y por 199 € el Honor 9 Lite ofrece también una experiencia notable. Los mensajes son claros, de modo que la experiencia de uso responda a lo que se cuenta: ni más ni menos.

De recomendadores exigentes a compradores aún más exigentes

Esta generación del milenio se ha convertido en uno de los targets más apetecibles para empresas de todo tipo: desde las dedicadas al turismo (la mayoría ha viajado en alguna ocasión según un estudio de OpinionWay) hasta las firmas de lujo, ahora que los primeros millennials empiezan a acercarse a los 40 años y tienen ingresos más altos y economías más pudientes.

Cuando no tienen ingresos propios, son capaces de convencer a sus padres para que compren por ellos, e incluso decirles dónde comprar, que suele ser online. El screening es una técnica habitual, con un 27% de millennials que la practican yendo a una tienda física para probar un producto o verlo antes de comprarlo online. Un estudio de Red.es sobre el comercio B2C así lo muestra, con datos tan reveladores como el porcentaje de millennials que compra por Internet, que llega al 72,8% frente a la media del 64,3%, o que es la generación que más compra con el móvil.

Se mire por donde se mire, son compradores exigentes y poco fieles a poco que se sientan decepcionados por las marcas. Estos dos detalles obligan a las empresas a cambiar la forma de comunicar sus productos y relacionarse con ellos. Para un baby boomer o un generación X, una disculpa y una compensación pueden servir para que una firma mantenga a un cliente satisfecho. Para un millennial no. Redes como Snapchat han pasado de ser un fenómeno de masas a caer en el olvido en cuestión de meses, por ejemplo.

El móvil, la navaja suiza de los millennials

Los baby boomers solían tener en la navaja suiza y el reloj los iconos de la funcionalidad. Parecía que una navaja suiza nos iba a salvar la vida. Y el reloj era el accesorio por excelencia, símbolo de la precisión y la fiabilidad. Ahora es el móvil el símbolo de la generación Y, su ‘marca de la casa’. Como hemos visto, se usan para jugar, acceder a Internet, comprar y comunicarse. Tal como recoge el estudio de Smartme Analytics denominado ‘Mobile Millennials 25-34’, los millennials acceden cada 10 minutos a su móvil a lo largo del día.

Según Verto Analyticslo hacen todo con el móvil, por lo que necesitan terminales que sirvan tanto para comunicarse como para jugar, acceder a YouTube o a Netflix, o hacer una compra. Para Osterman Research, la cámara es el componente más usado: para hacer fotos, selfies, grabar vídeo y también ahora para disfrutar de aplicaciones de realidad aumentada.

Los sistemas de biometría son igualmente importantes. De hecho, con un uso frecuente del terminal, un acceso rápido y seguro a la pantalla de inicio es siempre bienvenido ya sea a través de la huella dactilar o del reconocimiento facial disponibles incluso en terminales como el Honor 7A de 139 €.

Asimismo, aspectos como la autonomía son de gran importancia. Los terminales Honor integran baterías de alta capacidad y/o carga superrápida para que la autonomía no sea un problema irresoluble. Modelos como el Honor View 10, el Honor 10 o el Honor 9 Premium cuentan con carga rápida SuperCharge. Y la capacidad de las baterías está entre 3.000 y 4.000 mAh en todos los equipos, exhibiendo tecnologías como el ahorro de batería de EMUI, la capa de software que Honor añade a Android.

La cámara es otro componente que merece especial atención para nuestros protagonistas y en Honor emplean sensores y ópticas de distintas calidades para cada rango de precio. Así, encontramos tecnologías como la IA en los modelos más avanzados o dobles cámaras con efectos de desenfoque y modos especiales para retrato en modelos como el Honor 7C incluso.

Los formatos de pantalla 18:9 o 19:9 están presentes en la práctica totalidad de los 10 modelos de terminales que el fabricante chino ofrece en su web, con un diseño de pantalla infinita en muchos de ellos en cuerpos fabricados con materiales premium como en el Honor 9 Lite, por ejemplo. O incluso en el Honor 6C Pro, que también cuenta con cuerpo metálico o pantalla 2.5D.

En cuanto a los juegos, tecnologías como GPU Turbo de Honor permiten aumentar el rendimiento. En este caso concreto, hasta un 60%, amén de reducir el consumo de energía hasta en un 30% en terminales como el Honor 7X, el 8 Pro, 9/9 Lite, 10 y View 10. Y ello sin más que instalar una actualización de software. Es una buena noticia ahora que el fenómeno Fortnite llega a Android.

No son fieles, pero reconocen lo bueno

En última instancia, los millennials no son fieles a ninguna marca o producto. Compran de acuerdo con la información que reciben y la experiencia que comparten. Como apuntábamos unas líneas más arriba, la clave para cualquier empresa que desee ser relevante en esta generación Y es mantener una línea de productos honesta y bien hecha, con descripciones que respondan a la realidad de la experiencia que los usuarios tendrán con el producto de que se trate.

Los chicos del milenio comparan, buscan en decenas de páginas online a una velocidad endiablada y preguntan mucho. No se van a creer que un móvil de 130€ ofrezca una experiencia premium, pero sí van a esperar que la experiencia que consigan por ese precio sea la mejor que puedan conseguir. Y si hay otro terminal que ofrezca algo mejor, irán a por él sin dudar.

Tampoco se van a creer que hay que pagar 1.000€ para obtener una experiencia de gama alta en un smartphone. O, al menos, no van a valorar los elementos diferenciales que hacen que se pague ese dinero por algunos modelos del mercado. Son la audiencia más y mejor informada de la historia. Al menos ellos sienten que es así y tomarán sus propias decisiones por encima de todo.